domingo, 24 de fevereiro de 2008

La luna dora los techos.
Inesperadas, aparecen las sombras de los gatos.
San tan sigilosos
que son solamente sus sombras.
Ellos ven todo sin ser vistos
y todo debe estas quieto mientras se mueven
para que ellos puedan sentirse inmóviles,
los gatos, sus sombras.

Darío Jaramillo Agudelo

Sem comentários: